Los derechos de las mujeres deben ser punto focal en las políticas de drogas, afirman expertos de la ONU

GINEBRA (14 de marzo) Los Estados de todo el mundo deben abordar las preocupaciones específicas de las mujeres en las políticas de drogas, según señalan expertos de derechos humanos de la ONU. “Los Estados deben adoptar urgentemente medidas concretas para cumplir sus compromisos de garantizar los derechos de las mujeres en las políticas y programas de drogas. Esto no puede suceder si los problemas y preocupaciones que son específicos para las mujeres permanecen invisibles y descuidados”.

Las políticas de drogas no pueden ser efectivas sin abordar las causas profundas de la desigualdad estructural y la discriminación que colocan a las mujeres en un papel subordinado en la sociedad, incluso en la familia, lo que a menudo lleva a experiencias de violencia, marginación y dominación. La marginación de las mujeres, la pobreza, la violencia de género, la falta de oportunidades de empleo y la ausencia de protección social del Estado, junto con la necesidad de apoyar a su familia, pueden llevar a las mujeres a cometer delitos relacionados con las drogas.

El aumento drástico en el número de mujeres en prisión a nivel mundial es alarmante. En algunas partes del mundo, este aumento se debe principalmente a que las mujeres han sido condenadas por delitos relacionados con drogas. Proporcionalmente, hay más mujeres que hombres que cumplen condenas de cárcel en relación con los delitos de drogas. A pesar de su participación a menudo de bajo nivel, no violenta y por primera vez en tales delitos, las mujeres están más expuestas a los riesgos de salud y seguridad y los riesgos de ser capturadas como traficantes de drogas y castigadas desproporcionadamente.

Las mujeres también se enfrentan a barreras insuperables para disfrutar de su derecho a un juicio justo debido a su incapacidad para costear una representación legal efectiva, un estereotipo judicial de género y la falta de una administración de justicia sensible al género, que a menudo no tiene en cuenta las circunstancias atenuantes, como las privaciones económicas o la coerción y el nivel de criminalidad generalmente bajo.

El encarcelamiento de mujeres involucradas en delitos de drogas de bajo nivel no contribuye eficazmente a abordar el problema mundial de las drogas. En cambio, perpetúa un círculo vicioso de victimización, colocándolas en situaciones de injusticia adicional.

Los Estados deben aprovechar la oportunidad de centrarse en las mujeres y aprovechar las buenas prácticas de los países que han invertido en brindarles apoyo en forma de asesoramiento, oportunidades de empleo y acceso a servicios dirigidos a la reducción del daño y la dependencia de drogas. Estas políticas y programas de drogas deben involucrar a las mujeres en todas las etapas de su desarrollo, implementación, monitoreo y evaluación.

De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en los que la igualdad de género es un objetivo independiente, además de incorporarse en todos los demás objetivos y metas, abordar el impacto de las políticas de drogas en las mujeres merece una atención y visibilidad adecuada.

FIN

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