“Los derechos humanos al agua y al saneamiento son los caminos para no dejar a nadie atrás”, Experto de ONU

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Los derechos humanos al agua potable segura y al saneamiento no solo son claves para la consecución de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, sino que son una puerta de entrada para el disfrute de muchos otros derechos humanos; así lo afirma Léo Heller, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento en una intervención previa a la conmemoración del Día Mundial del Agua el 22 de marzo de 2019.

El Relator Especial afirmó:

“Aspiramos a un mundo que no deje a nadie atrás en el acceso a los servicios de agua y el saneamiento. El cumplimiento de estos derechos humanos señalará el camino hacia el logro de los objetivos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. Para cumplir con las obligaciones de derechos humanos, los países deben satisfacer primero las necesidades de quienes se encuentran en situaciones vulnerables, invirtiendo la lógica tradicional de brindar servicios primero a aquellos que pueden pagarlos.

“Quiero enfatizar que el enfoque de derechos humanos puede proporcionar tres direcciones concretas, bajo un marco ‘impulsor de políticas humanas’. Esto trae un rostro humano a la mesa, guía a los gobiernos en la alineación de sus políticas para que se centren en las personas en situaciones vulnerables y permite abordar los factores que conducen a violaciones de esos derechos.

“El agua y el saneamiento son necesidades básicas para la supervivencia y están relacionados con muchos aspectos de nuestras vidas, incluidos la salud, la alimentación, la educación, la pobreza y la seguridad física. Sin embargo, aproximadamente una de cada tres personas en todo el mundo aún no tiene acceso a agua potable, y más de la mitad de la población mundial no tiene acceso a servicios de saneamiento adecuados.

“Los derechos humanos están arraigados en un enfoque centrado en las personas. Para ‘no dejar a nadie atrás’, necesitamos tener a todos a bordo, por igual y sin discriminación. Un enfoque de derechos humanos proporciona dicho marco, dando prioridad a la eliminación de las desigualdades en el acceso a los servicios de agua y el saneamiento.

“Los gobiernos luchan con hacer malabarismos con múltiples problemas y prioridades. Usar el marco de los derechos humanos como una guía les ayudaría a identificar las prioridades más altas en sus políticas nacionales de agua y saneamiento. Esto tomaría en cuenta temas clave como las personas en situaciones vulnerables y las cuestiones relacionadas con la igualdad y la no discriminación, así como la participación y el acceso a la información.

“La adopción de un enfoque integral para la implementación de los derechos humanos al agua y al saneamiento guiará a los Estados en la identificación de quienes se han quedado atrás y les proporcionará servicios adecuados de inmediato para que puedan garantizar los derechos humanos al agua y al saneamiento, junto con otros derechos conexos. 

“Los esfuerzos de los Estados para encontrar soluciones adecuadas para todas y todos se acelerarán y se beneficiarán de la participación de las personas más vulnerables o de las personas que más necesitan ayuda.

Los derechos humanos son impulsores del cambio. Pueden ayudar a identificar los obstáculos para su disfrute y resaltar posibles soluciones, por ejemplo, subsidiando a las personas que no pueden pagar los servicios de agua y saneamiento”.

FIN

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